Voleskine Ventaniano. Relatos Cortos, reseñas literarias, musicales y cinematográficas.

jueves, septiembre 28, 2006

Máquina de escribir. Programa: Limites Primera parte (1 de 2)

LLamadas desde mi culo. Lola Sanabria.



Ventanianos -> LLAMADA DESDE MI CULO

Quizás mi teléfono móvil tenga vida propia. O tal vez sea que los japoneses, que son los que saben de esto, hayan añadido un nuevo componente para que el aparato se deslice así, como quien no quiere la cosa, hasta la cadera y aproveche un acomodo de su comprador para meterse debajo del culo. Anoche ocurrió. Estaba yo tan tranquila, resolviendo unos problemillas de trabajo cuando escuché una voz que decía: “¿Sí, sí, sí?” Reconozco que la nuca se me erizó con el espanto de que pudieran llamarme desde el más allá, y a punto estuve de arrancar a correr hacia la puerta y no parar hasta la calle. Pero a la una y media de la madrugada, no era plan de encontrarme con el atracador de turno. Me quedé parada, el bolígrafo entre los dientes, y seguí escuchando el mismo monosílabo, insistente, sin darse por vencido. Por un momento pensé que tal vez mi culo hablara y estuviera intentando decirme algo, como aquel vecino de mi pueblo que te saludaba modelando un pedo, o tal vez hubiera aprendido a marcar un números por su cuenta. Pero no, yo no tengo tanta habilidad en esa parte de mi cuerpo, lo mío son los dedos y el rastro del teclado en la pantalla de mi ordenador. Me levanté y allí estaba él, invitándome a cogerlo. Lo hice. Al otro lado, una voz traspasada por el sueño, tal vez eterno, quería saber quién la llamaba. “Perdón, me he equivocado”, dije y corté la comunicación. Ahora tengo el móvil en cuarentena, alejado de asientos y posaderas. A ver qué pasa.