Voleskine Ventaniano. Relatos Cortos, reseñas literarias, musicales y cinematográficas.

martes, septiembre 05, 2006

Máquina de escribir. Programa: Limites Primera parte (1 de 2)

NUNCA ESTUVE EN SIERRA MAESTRA. Francisco M. Aguado Blanco

Si hubiese sucedido todo tal como me lo contó, sería un ser más ficticio que su historia. Pero la Habana sangra todavía por sus cerraduras y estaba obligada a contarme algo antes que un presunto desinterés se adueñase de mí y volviese espaldas camino del hotel sin dejar un dólar entre sus caudales de canela. Entonces dijo, la muy astuta por años de barrio y Medicina, lo que sabía me habría de retener: "¿Sabes? No pareces español. Te ha interesado mi historia. Y lo que es más, sabes que miento y te importa." Un par de besos en las mejillas. Los motores del avión, tan sonoros al despegue, enmudecieron poco antes de que la panza del Tupolev hiciera de tripas corazón en el mar. Nos recogieron unos balseros que tuvieron la deferencia de dejarnos en Miami. Cómo llegué de allí a Canarias en cayuco y acariciándome las mejillas, lo ignoro. Ella no me dijo que quisiese venir a España. Yo no la invité.Nos dijimos hasta siempre. Y eso fue cuando me llamó al verme en las noticias envuelto en una manta metálica al bajar de un barco naranja mientras una guardia civil me acariciaba las mejillas. Pero era rubia, no canela.