Voleskine Ventaniano. Relatos Cortos, reseñas literarias, musicales y cinematográficas.

viernes, junio 09, 2006

Máquina de escribir. Programa: Limites Primera parte (1 de 2)

SALUD ¡AR!. Francisco M. Aguado Blanco

Soy historiado en Psicología Clínica. Nunca digo "licenciado" porque mi bagaje de conocimientos los adquirí de las historias clínicas. Los pacientes mismos buscan ilustrarme como si fuese uno de los hermanos Grimm. -España y su régimen político-mi querido tarado fulano favorito-es infumable. Polanco nos controla por ondas radioeléctricas, sí señor. Os presento a Clarencio. Clarencio cojea del lado derecho y del hemisferio izquierdo. Nunca contradigo a quien lee un periódico imaginario con cabecera de fortaleza hace decenios rendida y además es tuerto. -Yo no soy partidario de que se tiren piedras a las adúlteras a no ser que hayan yacido con varón diferente a marido. Es Malaquías. O Melquíades. Siempre me confundo. Bebe cocacolas que le hacen daño por su manía de echar caracolas al vaso. A veces bebe caracolas sin cocacola. -La Plaza Roja está llena de zares que guardan cola para ver mi tumba. Aquí, Lenin. ( En realidad no sé cómo perestroikas se llama.) -Dispongo de cien jornaleros para varear la oliva afiliados a un sindicato que se van a ir a la puta calle en cuanto llegue el autobús de emigrantes que espero a las cinco, a las seis, a las siete... ¿Tienes hora, jornalero? Es Conde-Duque de Olivares. Nada más que decir. -Puedo emplear cinco minutos en hacerte el amor, no más; ducharme; cambiarme y volver a la consulta. Soy yo. Ella, mi mujer, Olga. Saluda, cariño.