Voleskine Ventaniano. Relatos Cortos, reseñas literarias, musicales y cinematográficas.

domingo, julio 10, 2005

Máquina de escribir. Programa: Limites Primera parte (1 de 2)

Descabalgados. Francisco M. Aguado Blanco

Justo el día en que se confirmaba una separación mayor de lo habitual entre la Tierra y la Luna, todos los vehículos a motor del mundo se negaron a arrancar. Los que andaban funcionando lo hicieron hasta que se pararon, por lo que las requisas oficiales sobre la marcha, sirvieron de muy poco. Aviones, trenes, coches, autobuses, equipos electrógenos, aires acondicionados, cepillos de dientes y secadores...Todo lo que incorporase motor, dijo adiós. La luna volvía a mostrarse decisiva en su influjo sobre las mareas. No quiero detallar en lo que ha cambiado la vida del planeta en estos dos años por haberme ya acostumbrado. Esta mañana he preparado mi pistola que he dejado sobre la mesa del comedor junto a papeles de periódico que ya no son diarios. He salido a la calle. El sonido es ahora impresionante. Pasos, sacudir de alfombras, niños, toses y carraspeos, charlas, ladridos, pregones, grillos, pájaros, árboles, viento...Me he colocado en la acera junto al borde y de espaldas a la marcha. Como tantas veces he visto hacer, miro con el rabillo del ojo, calculo la distancia y extiendo el brazo de golpe a la altura de su cara justo cuando pasa. La ciclista ha caído de espaldas. Veloz monto en la bici (creo que quedó inconsciente pero nadie hace nada; nunca nadie hace algo). Llego a casa, busco una lija y lijo; cargo el depósito de la pistola de pintura y pinto; cuelgo la placa falsa y ya es mi bici. Creo que, ahora sí, podré mantener mi trabajo tan apartado de casa. Hasta que otro me descabalgue, al menos.
Francisco M. Aguado Blanco
http://ventanianos.blogspot.com/atom.xml