Voleskine Ventaniano. Relatos Cortos, reseñas literarias, musicales y cinematográficas.

domingo, octubre 01, 2006

Máquina de escribir. Programa: Limites Primera parte (1 de 2)

Muertos sin tumba

Ahora que toda la prensa se centra en Israel, no está de más recordar que en otros lugares del mundo también se sufre. Hablemos, por ejemplo, de Tinzauatin ….

En Argelia, sobre la frontera de Mali, un centenar de piedras afiladas que apuntan despreocupádamente hacia el cielo definen el cementerio de inmigrantes de Tinzauatin. No es un lugar agradable para detenerse en el viaje hacia Europa. En el punto intermedio del trayecto, tan cerca del punto de salida como lejos del lugar de destino, no se admiten periodistas ni observadores internacionales.

“El Sáhara oculta una silenciosa y silenciada fosa común. Mucha gente perece en su peregrinar hacia el mundo rico. Son muertos sin tumba, ni una triste piedra encima. Bastan tres días para que la arena oculte un cuerpo. Quizás haya millones. Cadáveres invisibles que no representan problema político alguno.”, dice Amsel Mahwera, misionero de los Padres Blancos.
Pero el desierto no es la única preocupación que tienen los pobres inmigrantes, entran en juego las mafias. Y lo primero que se aprende sobre el terreno es que las peores mafias de África llevan uniforme y tienen licencia gubernamental, incluso para matar. Robos y tratos vejatorios están a la orden del día. La policía puede, incluso, abandonar a decenas de personas en medio del desierto e informar a “chóferes” del lugar donde se encuentran para que estos puedan exigirles dinero a cambio de llevarlos de vuelta con sus verdugos.

No es muy extraño pues, encontrar cuerpos en descomposición en las vastas zonas deshabitadas de Mali y Níger, desplomados por el hambre o la enfermedad o caídos desde los camiones.